lunes, 2 de julio de 2007

Pero qué buena que soy...



En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.



Dios crea algo, ve que es bueno y se complace a sí mismo. Cuántas veces he hecho yo lo mismo? Es una pregunta retórica, claro, porque si tengo que llevar la cuenta no podría dedicarme a otra cosa en la vida. Marta hace algo (infinitamente menos espectacular que crear la luz), ve que es decentillo y se complace a sí misma.

La autosatisfacción no es del todo negativa, está bien que te felicites cuando algo te sale bien y esas cosas, pero no es bueno acostumbrarse. A menudo me sorprendo a mí misma haciendo cosas no por las cosas en sí, sino para que cuando las termine y vea que están "bien", pueda darme palmaditas en la espalda. La autosatisfacción se convierte en un fin. Y lo peor de todo es cuando eso se infiltra en el "ámbito" espiritual, y hasta te felicitas por haber tenido un devocional más largo de la cuenta.

Dios, líbrame de contentarme y conformarme con lo que tengo. Ayúdame a complacerme en ti y bastarme en tu gracia.

4 comentarios:

Chantik dijo...

Mola

Mauricio dijo...

Sí, es algo con lo que lucho muchas veces. Que nos bastemos de él y no de lo que piensen los demás o de lo que nosotros mismos pensamos de nostros mismos. Es chungo!!! Pero es parte de decir al orgullo: no. Gracias por compartir esto.

anaka dijo...

ai...ma dolio...
pero gracias!

Chantik dijo...

Anaka, traduce, jajaja