Cuando siento dolor, tengo ansias de Eternidad

He rescatado este post que escribí en mi blog hace unos años, quizá sirva.


Todos hemos sufrido en la vida. Cada uno de nosotros hemos sentido dolor sin sentido. Ni siquiera tenemos que apuntar a los grandes desastres naturales o a las injusticias en África para ver muestras de sufrimiento. Un padre que abandona a su familia, la pérdida de un ser querido, un hijo que se rebela contra sus padres, un adolescente que muere por una enfermedad inexplicable.Un chico que había perdido a su padre a una edad muy temprana me dijo que el dolor es una cosa incontable, que un dolor no es más grande que otro. Para cada persona que sufre, su dolor es el más grande del mundo. No le digas a una madre que ha perdido a su hijo en un accidente de tráfico que mil personas han muerto en un terremoto en la India. No, para la madre del accidente de tráfico su dolor es incomparable.
A medida que voy viviendo la vida con mis experiencias y con lo que puedo observar a mi alrededor más me doy cuenta de que debe haber un remedio a lo que "sufrimos" aquí abajo. Quiero creer que todo el dolor en la tierra no será baldío y ese anhelo es de Eternidad. Hay una sola cosa que me da esperanza y es la idea de la Eternidad, que todo nuestro sufrimiento aquí abajo tendrá remedio ahí arriba.
Es difícil explicar con meras palabras esta 'idea' tan etérea, nadie ha bajado del cielo para explicarme cómo es el cielo, ahí es donde entra la fe. La fe es la convincción de lo que no se ve. Para unos el cielo es consuelo de necios, para mí es esperanza y recompensa de los que sufren. Cuando siento dolor, tengo ansias de Eternidad.
La Eternidad es un concepto demasiado importante, y demasiado amplio como para que lo dejemos pasar simplemente. Lauryn Hill también lo dice : The Joy of my life is in Zion... La alegría de mi vida está en Zion.